(con final triste)
Todo comenzó en un atardecer. Una niña llamada Tamara, llevaba flores para su abuela llamada Mabel. Entonces se perdió. De pronto se la llevaron unos chicos a otro lugar y le dijeron: “Vete sola por ese camino.”
Ella les contestó que sola se iba a perder, pero igual se fue y en el camino se cayó en un pozo.
Nunca más la vieron y nunca llegó a la casa de su abuela.
Moraleja:
No te alejes nunca de tu camino
Autor: Juan Cruz Giudice:
“Para escribir se necesita un lápiz”
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